Leyó su futuro en los ojos de una rana, compró el periódico babas de presente táctil, miró los reactores que abandonaban veloces las sombras, leyó su futuro en los bailes acompasados de los estorninos, esperó el semáforo en las prisas de las mañanas, lento leyó su futuro cuando les vio salir cargados del callejón, sucios, demacrados, vencidos. Cogidos de la mano los camiones de la basura con los furgones policiales comulgaban actividad. Escuchó su futuro tras los ojos verdes de una limpiadora morena: Caballeeeeroooo, er cuaaaajo.
A quince metros sobre el suelo, los curiosos y la conciencia asomaban sus cabezas al patio, y con las bolsas de pan las amas hacían corro, en su humo leyó su futuro, se mean, se cagan, se prostituyeeennnnn, sí sí, de to, de to, pa pegarnos cualquier cosa, que los encierren a los pobrecitos en cualquier sitio, pero aquí no, aquí hay muchos niño chicosss y lo cogen to, to. Críaaannn raatas y pulgas, de to, de to.
Al minuto y quince segundos leyó su futuro en la brisa del Este, en la sonrisa abierta de África, en las abultadas cabezas de Asia, en los pies chaparros de Sudamérica.
En una mano de policía leyó su futuro, tajante, Buenos días, aquí no puede estar. Le miró a las uñas para seguir leyendo su futuro y le respondió como responden los náufragos, ni siquiera para llorar. Márchese.
Retrocedió un paso, amanecer virgen pensó, miró los rosales florecidos, el azahar nevando sutil la tierra cavada, sintió amor, la inmensidad de ser, atrapó sus latidos y en su compás leyó su futuro.
Avanzó diez pasos, acarició con el dorso de la mano la piel arrugada de una abuela, le quitó la pesada bolsa, le abrazó, sintió en su cuello rodar las lágrimas, le sostuvo la mano mientras subía al furgón. No la podía mirar a los ojos.
Escuchó su futuro, caballeroooooo usted no entiende, le miró, pensó en su madre, en su hija, le temblaron las manos, si no se marcha será usted detenido, acabo de dejar a mi hija en la guardería, iba camino del trabajo, ¿tiene usted familia?, márchese este es mi trabajo, no me voy a marchar, escuchó a su boca dictar su futuro.
Paentro, sólo se tienen los pies en el suelo cuando tu cara siente la leve humedad de los adoquines, pensó su futuro, no podré recoger a Carmen, paentro coño eschuchó su futuro en las manos que lo obligaban, soy un animal pensó, empezó a morder, a dar patadas, hasta que sintió su futuro correr rojo por su frente.
Cualquier día no quedarán hombres, pensó el futuro, contenía entre rabia todas las lágrimas del mar.
Y poseído por el espíritu de algún poeta muerto, juntó las fuerzas para leerles a todos el futuro, y con un nudo en la garganta, hijooossss de puuuuutaaaaaa repetía el eco como un maullido siniestro en el callejón.
4 comentarios:
Qué imagen... Es mejor no querer saber...
(Besos)
Hola Cris gracias por tus palabras, la tristeza se esconde en callejuelas, entre sombras florecen las flores que dan cuerda al reloj de los días y al impacto de las noches.
Me gusta el bucle de tu blog, tu otra dimensión...sugerente.
Besos
Hay existencias muy jodidas, sí.
Besos
El rechazo de la pobreza en su mas cruente realidad crea monstruos, como en los desastres refería Goya.
Gracias
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