Observa las calles, maldice con el más extenso vocabulario las frías mañanas de invierno. Satélites ahoga a sus hijos, e hiere a la tarde-pepa.
Te mira a los ojos con una sonrisa, es su costumbre, entre sapos.
No recuerda, emplea su memoria en darle nombre a las hormigas, en contar migas de pan, en romper el silencio de los viejos barrios.
Adopta planta de Virreina ante su café con leche y su cigarrillo.
Un Pyrus communis le sigue a todas partes y conversan largas horas entre el descuidado olvido de la gran ciudad. No hay en Belén mejor portal que el de sus sueños.
Amanece.
Se deshilacha la miseria como un sueño, muerde. A nadie le importa que te muerdan un poco, la miseria de todos los días no tiene dientes, ni fuerzas, queda como un muerdo que desaparece según calienta el olvido de las mañanas de invierno.
Hay una nube que espanta en su borrachera, viejo me limpia de potas la existencia-morfina.
12 comentarios:
Como me gustas!!!
Besoss
uffff
cómo dices !
¿a nadie le importa que te muerdan un poco? a nadie.
Buenos días Rosa, raros días tan reales y presentes, tan sobrevividos para algunos.
Besos, tu si que gustas.
Ceci, besos.
Hola María Jesus, es nuestra triste realidad de occidentales, vivimos, nuestra tristeza es como un billete de cinco euros, nos importa pero lo gastamos con rapidez.
Besos
Pero qué bonito escribesssss!!!!
Tu Hada-Fan.
Holada... besos.
Vengo a proponerte que asesinemos a las estaciones solitarias ;)
Besos
Jajaja Rosa eres única, qué bonito si el mundo tuviera ojos para comprender lo que propones...
Risas y besos
Yo creo que la miseria de todos los días sí muerde. A veces hasta devora un poco, o corroe. Eso es, corroe.
Me encantó tu texto y no es que lo haya querido superar con un comentario estúpido pero es que un comentario de menos de una frase a veces deja muy mal el cuerpo.
un abrazo
Hola Romek, buen día, corroe, corroe el hábito, la miseria de todos los días no muerde, nos muerde a algunos, para la mayoría no tiene importancia, ni siquiera se dan cuenta de ella.
Cuando le salen dientes, es reprimida sin dilación, tapada con una capa rosa de conformismo.
El conformismo del consumo, del satisfecho.
Abrazos amigo.
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